Vacaciones Covid 2020 RIAS BAIXAS

Tenemos un gran país con una gran diversidad de paisajes, clima, gastronomía, gentes, y es un placer recorrerlo. Este año tocaba hacer patria y viajar por España. Solemos hacerlo en periodos vacacionales cortos y aprovechamos los largos para destinos lejanos pero este año es bien distinto, todos los sabemos.

Inicialmente, al comienzo de 2020, nuestras mentes estaban situadas en Perú y no lo descartamos, sólo lo posponemos para cuando volvamos a la normalidad. Viajar con miedo a contagiarse y caer enfermo lejos de casa no es algo que entre en nuestros planes.

Así que, con tres semanas de vacaciones disponibles, empezamos a darle vueltas. Siendo de Zaragoza, con el calor que hace en el Valle del Ebro en verano, nos decantamos por empezar por el norte y, si se podía cruzar fronteras, visitar Oporto y terminar con unos días de descanso en Conil de la Frontera que ya lo conocemos, nos encanta y nos permite relajarnos.

No obstante, hace tiempo que determinamos que, oye, si no puede verse todo, pues no se ve, pero lo que veamos que sea disfrutando y saboreándolo.

Partimos un sábado camino del norte y nuestra primera parada fue en Luarca (Asturias). Salimos en manga corta en un día caluroso y, cuando llegamos, pronto echamos mano de la manga larga, calzado cerrado y paraguas. Los paisajes allí están verdes por algo. Asturias nos encanta y es un placer estar allí aunque el clima no acompañe siempre.

Luarca es una preciosa villa marinera situada en el oeste asturiano, tiene más de 5000 habitantes y nos resultó muy práctica como centro de operaciones. Así que soltamos las maletas y nos dimos una vuelta por el puerto, nos dejamos llevar por sus calles y nos tomamos algo en una terraza. Ay qué bien se está de vacaciones y más cuando las tienes todas por delante. El primer día siempre es el mejor.

Al día siguiente hicimos una excursión hacia el oeste hasta Tapia de Casariego, al ladito de Galicia, y nos dimos un buen paseo disfrutando del mar y sus acantilados. También hicimos una parada en Navia para ver la ría y en Puerto de Vega que tiene un puerto pequeñito de esos que pedirías que te lo envolvieran para regalo; nos encantó. No dejéis de visitarlo y probar productos de la zona. Tanto el pescado, como la carne (el famoso cachopo asturiano) como la fabada es exquisito y todo ello mojado con sidra bien escanciada, es un auténtico disfrute para los sentidos.

Después de comer realizamos una visita al Parque de la Vida a la que dedicamos la entrada anterior del blog y que recomendamos fehacientemente. Si viajáis con niños es altamente recomendable, pasaréis un rato muy interesante y entretenido.

El tercer día dejamos Asturias y nos dirigimos a Astorga. Tenemos familia allí y es una suerte que vivan en un lugar privilegiado. Además nos deleitaron con un riquísimo cocido Maragato.

Qué agradable sentarte en una terraza con vistas al Palacio de Gaudí, comprar mantecadas, cecina, queso y pasear por sus calles, es una maravilla dejarte llevar sin marcarte un ambicioso objetivo de verlo todo. Tuvimos tremenda suerte de coincidir con el día de mercadillo porque nos encanta comprar productos locales en ellos.

Civitatis

También visitamos Val de San Lorenzo, aunque no su Museo Textil y el Batán, porque allí se confeccionaban mantas, alfombras, paños. De hecho aún queda algún taller, como Falagan, que mantiene el negocio e incluso exporta mantas fuera de España. Merece la pena dar una vuelta por el parque “Doctor Pedro Alonso” a orillas del río Turienzo, proyectado por este médico y llevado adelante con la ayuda de sus vecinos.

Continuamos viaje hacia Galicia y paramos a comer en una pulpería en Melide. Hay que ver qué bien se come en este país en todas partes.

Al fin llegamos a Sanxenxo donde estuvimos alojados una semana para tener tiempo de recorrer las Rías Baixas aunque tendremos que volver porque nos dejamos varias visitas en el tintero. Se nos torció algún plan por la climatología. No pasa nada. Volveremos.

En nuestra primera jornada en Galicia recorrimos la Isla de Arosa, me hubiera quedado a vivir allí para fotografiarla desde todos los puntos de vista posibles. ¿Sabes cuándo tienes la suerte de tener la luz perfecta incidiendo en el mar? Os dejo una muestra de lo que digo.

Hace años que unieron la isla con el continente con un puente de casi dos kilómetros, así que se puede acceder cómodamente en coche. Es una Reserva Natural y merece la pena recorrerla, no te cansas de sus espectaculares vistas que quieres atrapar en tu retina.

Siguiente parada obligatoria: Cambados, capital de las Rías Baixas, en 2017 fue elegida Capital Europea del Vino pues es la capital del Albariño. Villa empedrada, imprescindible callejear hasta el Pazo de Fefiñáns, preciosa edificación renacentista en forma de L en cuyos bajos hay ubicadas dos bodegas de Albariño. También aquí coincidimos  con el día de mercadillo y compramos un delicioso queso de cabra que casi me hace llorar el día que lo terminamos. Al alojarnos en un apartamento podíamos ir probando lo que comprábamos durante el viaje. Una gran ventaja.

Continuamos a la Isla de la Toja a la que también se puede acceder en coche. Tiene aguas termales, es un lugar tranquilo donde tradicionalmente se alojan huéspedes para tener unos días de relax. Destaca su Iglesia cubierta de conchas.

También dimos una vuelta por la Aldea dos Grobits que emula la aldea de los Hobbits del Señor de los Anillos. Lo disfrutamos como niños en sus hamacas y columpios. Y terminamos haciéndonos fotos con unos simpáticos burros.

La verdad es que estiramos bastante este día en el que también fuimos a O’Grove a tomar algo en una terraza y dar una vuelta por esta población en la que bien me hubiera quedado una semana más de vacaciones. Lo utilizan muchos turistas como centro de operaciones en sus viajes.

San Vicente do Mar para recorrer su pasarela junto al mar y volver a hacer mil fotos a su playa de piedras negras de diferentes formas y tamaños. La incluiría en los imprescindibles de las Rías Baixas.

Por supuesto no podíamos olvidarnos de playa de La Lanzada y sus puestas de sol. Aquí vinimos en dos ocasiones, la segunda el día antes de marcharnos, a modo de despedida de Galicia. Es una playa enorme de 2,5 kms, de las mejores de la región y, aunque el agua está bastante fría, no se puede dejar de ir.

La segunda jornada la habíamos planeado haciendo senderismo pero salió un día lluvioso y tuvimos que cambiar planes. Fuimos a Marín a dar una vuelta y visitar su mercado para comprar productos de allí, entre ellos, un bizcocho delicioso llamado Bica.

No podíamos olvidarnos de Vigo, su ría, y sus callejuelas del casco histórico con el Mercado de la Piedra en la Calle de las Ostras. Hace años, las ostreras tenían sus puestos en la calle con cajas de maderas pero, por razones sanitarias, tuvieron que poner mostradores frigoríficos. Como sabéis el actual alcalde Abel Caballero ha situado a Vigo en el mundo gracias a su tremenda iluminación navideña que atrae al turismo de invierno. La desembocadura de la ría de Vigo está protegida por las islas Cíes, que forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Su catedral es de estilo neoclásico. También podéis encontrar allí el yacimiento arqueológico del Castro de Vigo.

Comimos en Redondela a pie de playa, una maravilla, y volvimos a descansar a nuestro alojamiento.

Y por supuesto nos acercamos a ver el “banco más bonito del mundo”, al menos el que tiene mejores vistas de todos los que hemos visto.

Y, como estábamos de vacaciones, al día siguiente decidimos tomarnos el día libre y vaguear. Caminamos de Portonovo a Sanxenxo por una pasarela peatonal al ladito del mar muy agradable hasta llegar a la playa de Silgar cuya zona de arena la estaban dividiendo en cuadrículas para poder mantener la distancia suficiente por el covid-19. Llama la atención la enorme escultura situada encima de una piedra. Es la Madama de Silgar del escultor Alfonso Vilar.

Más adelante, en la zona del puerto, se encuentra otra escultura que también llama poderosamente la atención por su tamaño: Atlante, del escultor Francisco Leiro. Mide 14 metros y pesa 20.000 kilos. Quizás sea curiosa también por su posición tumbada.

Nos acercamos a comprar al Mercado de Abastos pescado, percebes y zamburiñas y nos lo cocinamos en al apartamento como nos aconsejaron las propias vendedoras. ¡Para chuparse los dedos! Y, tras una buena siesta, a la playa de Montalvo, lugar donde acuden los de la zona a pasar el domingo, día complicado para encontrar un hueco para aparcar.

Después del merecido día de “dolce far niente” como dirían los italianos, emprendimos de nuevo las excursiones. Esta vez hacia la frontera con Portugal.

Primera parada en La Guardia y también día de mercadillo. Parece que los perseguimos y, en cierta manera, así es. Ya sabéis que el día de mercadillo hay más ambiente allí donde vas y nos gusta hacer coincidir nuestras visitas. Tomamos un café en la zona del puerto después de dar un paseo. Cómo se disfrutan las terrazas mirando al mar. Los que somos de interior lo valoramos enormemente.

Imprescindible también subir al Monte de Santa Tecla a comerte el mundo desde el mirador a la desembocadura del río Miño. Una de esas vistas de 360 grados que tampoco te cansas de fotografiar.

Y, al bajar, hicimos una parada en el poblado celta Castro de Santa Tecla donde se puede caminar entre sus construcciones redondas de las que han reconstruido alguna para que podamos hacernos una idea real de cómo eran y cómo vivían. Menudas vistas disfrutaban.

Comimos en Oia y nos sorprendió su Monasterio de Santa María, quizás denota algo inesperado, tan imponente y tan cerquita del mar.

Continuamos hasta la turística Baiona, situada en una preciosa bahía que la protege del mar abierto. En uno de los muelles está anclada una copia de la Carabela Pinta porque aquí llegó con ella Cristóbal Colón a su vuelta de América. Es por ello que se celebra la fiesta de la Arribada el 1 de marzo. Su caso antiguo fue declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico. Merece la pena hacer el recorrido de su Fortaleza de Monterrea. Comienza en la Torre del Reloj y dentro de sus murallas se encuentra el Parador de Turismo. También merece la pena el recorrido de la parte baja denominado Paseo del Monte Boi sin perder de vista el mar.

Nuestra última jornada en las Rías Baixas la dedicamos a Combarro y Pontevedra.

Combarro es un pintoresco pueblecito bañado por el mar y destaca por sus más de 70 hórreos que se utilizaban como graneros. Hay que recorrer sin falta su estrecha calle peatonal que discurre paralela al mar entre tiendecillas de recuerdos y restaurantes. No puedes dejar de hacer la foto desde la Playa de Padrón cuando la marea está baja. Combarro es uno de los pueblos más bonitos de Galicia y de España.

Pontevedra. He estado en ella tres o cuatro veces y es una ciudad que me encanta en todos los aspectos: su tamaño, su casco histórico, su situación; es de esas ciudades cómodas para vivir, medianas, que tienen de todo, llana para callejearla. Me gusta volver a ella.

Después de pasar por la oficina de turismo a por un plano, decidimos hacer el recorrido que proponen por el centro histórico que está peatonalizado prácticamente al completo. Nos encantó su ambiente de terrazas y restaurantes, comenzamos en las ruinas de Santo Domingo, Praza das Cinco Rúas, cinco calles que confluyen en esta plaza, nos hicimos una foto con Valle Inclán, fuimos al Mercado de Abastos, nos acercamos hasta el río Lérez, la Plaza de la Verdura, el Pazo Mugartegui, la Plaza de la Leña, el Museo (esta vez lo encontramos cerrado), la Plaza de la Peregrina, la Plaza de la Herrería. La verdad es que al final dejamos de mirar el plano y dejamos que nuestros pies se dirigieran hacia donde quisieran. Nos llamaron la atención varias esculturas y las fotografiamos. Me gustan la esculturas en las calles, más que en los museos, considero que así las disfrutamos todos.

Como broche fin de fiestas nos fuimos a disfrutar del atardecer y la puesta de sol a la playa de La Lanzada.

Galicia volvió a conquistarnos.

Por último os proponemos otras excursiones interesantes por las Rias Baixas.

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7 comentarios

    1. Siempre encuentras motivos para pasarte por Galicia y descubrir todas sus maravillas.
      Gracias por leerlo y comentar.

  1. Yo no conozco Galicia y me habéis dado mucha envidia! Vaya viaje! Tomo nota de todo porque pienso viajar allí si o si!! Me encanta el blog!

  2. Muy bonito viaje!! Tomamos buena nota para cuando vayamos por alli.
    Feliz viaje a las Islas, ya nos contais a la vuelta. Quedamos y nos tomos unas cervecitas

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