Bangkok en cuatro días

Bangkok es brillante, ruidosa, multitudinaria, caótica, llena de tráfico y te atrapa nada más llegar a Tailandia. Si llegas de noche como nosotros te parecerá que te engulle. Después de dos vuelos de 7h cada uno, cansados y con ganas de una ducha, tras unos 40 minutos en el metro que une el aeropuerto con la estación de Phaya Thai, un tráfico ensordecedor con luces de colores no nos dejaba pensar ni hacia qué sentido había que coger un transporte para llegar al hotel. 

Llevábamos mes y medio preparando este viaje y las cuatro primeras noches las reservamos en el Samsen Street Hotel en el barrio de KhaoSan, cerca de los lugares más emblemáticos que visitar en la capital. Bangkok es una ciudad de contrastes, donde comulgan costumbres orientales y occidentales. La oferta es inmensa y puedes elegir las cinco estrellas o ninguna. Estoy escribiendo estas líneas y volvería allí ahora mismo. La vida transcurre rápida pero con la filosofía de allí. El estrés al que aquí acostumbramos, allí toma otra forma aunque las nuevas generaciones tratan de copiar a las occidentales.

Asia no defrauda, el cambio es grande, cuando llegas te vas quitando capas hasta alcanzar ese nivel interior que ansiabas encontrar y del que no quieres desprenderte. A nivel material, tratas de adaptarte y no ser tan exigente en el tema de la higiene que tan alto tenemos aquí. Porque o te relajas o no disfrutas y, si tanta población en el mundo vive así, por qué tú no. Así que te dejas llevar y, cuando te das cuenta, Asia te ha atrapado para siempre.

Esta exótica urbe de 10 millones de habitantes es la capital de Tailandia desde 1782 cuando así lo estableció el rey Rama I y le otorgó el nombre de Krun Thep, “La ciudad de los Ángeles”.

En nuestro primer día de exploración, quisieron timarnos vendernos un tour por el río Chao Phraya. Al salir de nuestro hotel había apostado un tuk tuk a la caza de turistas incautos. Nuestra intención era acercarnos al muelle más cercano del río para trasladarnos en barco-autobús hasta el templo Wat Arun, el primero que íbamos a visitar. El conductor, además de darnos algún consejo sobre nuestro recorrido, mantenía oculto su verdadero interés que era meternos en un barco para turistas, realizando un recorrido por el río durante la mañana. Nos llevó al muelle por 50 baths, algo bastante barato comparado con los siguientes viajes, y nos llevó directamente con la guía que nos iba a acompañar en el recorrido. Visiblemente molestos declinamos insistentemente la oferta del tour (1500 baths!) puesto que no entraba en nuestros planes. Finalmente cogimos el barco-autobús por 60 baths hasta nuestra primera parada.

Wat Arun – Templo del Amanecer

Entre sus muchos encantos Bangkok cuenta con más de 400 templos budistas, auténticos remansos de paz en medio del caos. El Rey Rama II bautizó el templo como Wat Arun Rachatharam en honor al dios hinduista Aruná, que personifica el amanecer. Ya desde el río impresiona su imponente estupa de 80 metros. Dejamos el barco para adentrarnos en el complejo del templo. La entrada cuesta 100 baths por persona e incluye un botellín de agua que nos vino muy bien para rellenar en puntos de «drinking water» cuando encontrábamos. Está decorado con conchas marinas y trozos de porcelana que habían servido anteriormente como lastre para los barcos que viajaban a Bangkok desde China. Nos sorprendió ver multitud de adolescentes vestidos de graduación posando delante de las estupas, algunos venidos de otros países cercanos. Antes se permitía subir y admirar las vistas pero ahora está prohibido. El calor no daba tregua y la búsqueda de sombras se hacía imprescindible.

Wat Pho – Buda reclinado

Cruzamos el río desde la parada de Wat Arun a Tha Tien por 20 baths y caminamos hasta la entrada al Wat Pho, otro enorme complejo que alberga el buda reclinado de 46 metros de largo y 14 de alto cubierto de pan de oro. Sus pies miden 3 metros de alto por 4,5 de ancho y tienen grabados 108 representaciones distintas de buda. Allí mismo puedes cambiar un billete de 20 baths en monedas y dar de donativo introduciendo de una en una de cuenco en cuenco. Estos donativos son para el sustento de los monjes, es de lo único que viven. El recinto es grande y alberga alrededor de 1000 estatuas de Buda y alrededor de 90 estupas. Se enseñaba medicina y masajes tradicionales. Hoy en día aún es posible darse un masaje allí.

Gran Palacio Real

La primera recomendación es que vayáis con falda o pantalón largo porque no sirve que sea por debajo de la rodilla, tiene que llegar hasta el tobillo. A nosotros nos tocó comprar uno para poder entrar. El precio por persona son 500 baths y se puede pagar con tarjeta. Os recomendamos madrugar un poco para evitar el sol abrasador del mediodía. El interior es un enorme y monumental complejo que te deja con la boca abierta por su decoración al detalle utilizando dorados, colores, pequeños espejos y cristales. Una auténtica obra de arte.

La joya de la corona es el Buda Esmeralda que se encuentra en el templo de Wat Phra Kaew y que curiosamente, es de jade verde. Su historia es bien curiosa, en 1434, cuando un rayo descargó su furia sobre un templo de Chiang Rai, los monjes encontraron una pequeña estatua de estuco caída en el suelo y se la llevaron al abad, quien descubrió que tenía la nariz desconchada y debajo le asomaba una mancha verdosa. Lo limpió y se encontró con una formidable talla de piedra verde, probablemente jaspe o jade, que alguien había tratado de camuflar recubriéndola de estuco. No era ninguna tontería, porque en la época, los reyes budistas acostumbraban a robar las estatuas, reliquias y escrituras más valiosas de sus enemigos cuando hacían alguna conquista. En los alrededores de este templo se puede contemplar una maqueta muy detallada de Angkor Wat, la maravilla de Camboya.

Se empezó a construir cuando el rey Rama I decidió trasladar la capital del país a Bangkok. En las galerías veréis pinturas que muestran cómo era la vida intramuros. En este palacio no pudimos rellenar las botellas que siempre llevamos para intentar reducir el consumo de plásticos. Tuvimos que comprar una al quedarnos sin agua.

Civitatis

Con la entrada está incluído también el espectáculo que representa la gloria de Rama, héroe y encarnación del dios Vishnu, en la Sala Chalermkrung del Teatro Real, con transporte incluído. Desde esta sala y a unos pocos metros andando se encuentra el restaurante Thipsamai que sirve uno de los mejores Pad Thai de Bangkok, en nuestra visita estaba de reformas y sólo vendía ‘take away’.

MBK Center

Siam Paragon
Siam Paragon

Es un inmenso centro comercial situado en la zona moderna de la ciudad. Hay infinidad de pequeños negocios donde puedes encontrar de todo. En la última planta se venden todo tipo de falsificaciones y recuerdos. Entre los laberínticos y estrechos pasillos cuelgan miles de prendas de ropa, bolsos, zapatillas, etc. Aquí no hay derechos de autor y el regateo tampoco es cosa menor. Siempre hay turistas ‘pillando’ cualquier tipo de artículo a precio de risa. Abundan también los spa’s de diversas calidades, restaurantes innovadores de todo tipo de comidas, joyerías, etc. cualquier tipo de entretenimiento que os imagineis. Hay otro centro comercial famoso y gigante, el Siam Paragon, pero los precios son más cercanos a los europeos.

KhaoSan Road

Antiguamente era el epicentro del mundo mochilero, hoy convertido en un hervidero intransitable de clubs, caos y ruido, mucho ruido. Nos adentramos en la calle pasado el atardecer y a los pocos metros el suelo temblaba bajo nuestros pies. Es tal el nivel de competencia entre la música de los bares que los ritmos se mezclan, los bajos retumban, es imposible establecer un diálogo. También aparecen los típicos puestos de insectos fritos para turistas, incluso un cocodrilo abierto en canal cual cordero, que daba bastante rechazo. Con las mismas nos dimos media vuelta camino de nuestro hotel. Los alrededores de Khao San Road son mucho más agradables y tranquilos para pasear y tomar unas cervezas, como la calle Rambuttri Alley donde nos dimos un estupendo masaje de pies.

Chinatown

El barrio de Chinatown (Yaowarat) fue creado por la población china emigrante cuando se instauró la capital de Tailandia en 1782. Resulta fascinante perderse por sus callejuelas para admirar los miles de puestos de comida, fruta, helados, pescados, golosinas, telas, etc. Hay tanto comida thai como china: pinchos de pollo, dulces, galletas y pato laqueado de Pekín. Los negocios y restaurantes están divididos por calles, por ejemplo en la calle de las marisquerías existen estupendas ofertas para darte un buen banquete y multitud de puestos que venden el pescado muy fresco, incluso vivo. En la calle principal (Yaowarat) hay mucho tráfico y los puestos se agolpan en las aceras, a veces sin espacio para pasar y las perpendiculares, a pesar de pretender ser peatonales, siguen pasando motos, coches y bicicletas, sorteando personas. Cerca de la  puerta Chinatown Gate se encuentra el templo del Buda de Oro (Wat Traimit) que alberga una curiosa historia. Nosotros no tuvimos ocasión de visitarlo.

Wat Saket o Monte Dorado

Un pequeño monte donde hay que subir 300 escalones para acceder al Templo Dorado y a una estupa gigante arriba. Ofrece unas vistas estupendas de la parte antigua de la ciudad, aunque también se puede apreciar la zona de los negocios (rascacielos). Arriba siempre hay gente haciendo donaciones y se escuchan mantras sagrados. Merece la pena rodear el templo tres veces en el sentido de las agujas del reloj haciendo girar las ruedas de plegaria para olvidarse del estrés y el caos de Bangkok. Allí arriba hay un remanso de paz, mejor si se va temprano o al atardecer.

Logo Exact Change

Casa Jim Thompson

Para llegar hasta aquí disfrutamos de un auténtico paseo en barca por el klong (canal) hasta la parada de Hua Chang. La casa museo está dedicada a Jim Thompsom, un americano que se instaló en Tailandia en 1945 con la intención de crear un negocio de seda. Lo consiguió, hizo mucho dinero y se construyó una casa tradicional tailandesa con todo tipo de arte asiático. Jim Thompsom desapareció en Malasia en 1967. La entrada cuesta 200 baths y se visita con guía, en nuestro caso en inglés. El complejo son seis edificios de madera de teca de estilo tradicional tailandés, extraordinariamente conservados, donde contemplar el interior de las casas y su extensa colección de arte de diferentes culturas y épocas. Rodeando las casas hay jardines orientales de nenúfares y un pequeño bosque tropical por el que es una delicia pasear.

Mercado Chatuchak

Este mercado solo está abierto los fines de semana. Es uno de los ‘street market’ más grandes del mundo. Encontraréis de todo: ropa, muebles, arte, animales y cualquier cosa que os podáis imaginar. También hay montones de puestos de comida y varios bares. Es mejor evitar las horas centrales del día por el intenso calor, aún así a Gabriel le dió un leve golpe de calor.

Ayutthaya

Algunas de las excursiones que puedes realizar desde Bangkok es a las ruinas de la que fue antigua capital del reino de Siam, una ciudad que se cree llegó a tener alrededor de un millón de habitantes cuando las principales ciudades europeas no llegaban ni a la mitad. Ayutthaya estaba ubicada en una isla entre la confluencia de tres ríos, estos formaban una barrera para los invasores y una ubicación privilegiada para el intercambio comercial. La riqueza que generaba permitió la construcción de grandes palacios y templos (más de 1500), dando paso a la explosión de arte y arquitectura locales. Lo que se visita son las ruinas de esas construcciones que destruyeron los birmanos y el abandono posterior se ha encargado de deteriorar. Desde que las ruinas fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO ha habido varias restauraciones. Para nosotros es imposible no hacer una analogía con los templos de Camboya, que sinceramente están en mucho mejor estado. Este antiguo reino de Ayutthaya es uno de los destinos más fotogénicos de Tailandia y, sin duda, una recurrente foto destaca sobre las demás, la cabeza de Buda en el árbol. En el templo Wat Mahathat, muy próximo al Gran Palacio, residía el Patriarca Supremo. Es de estilo Khmer, la típica arquitectura de Camboya. Cuando entras al inmenso recinto enseguida te das cuenta de la magnitud e importancia que tuvo en el pasado. La aguja central está rodeada de estatuas budistas, la mayoría decapitadas, fruto de la invasión birmana. Una de las cabezas decapitadas de Buda cayó a los pies del gran árbol Bodhi, el Gran árbol de la Vida para el budismo y donde Buda llegó a la iluminación. Este árbol la elevó y protegió con sus ramas y raíces, respetando su rostro. Según los locales, la cabeza luce como la veis en la foto, sin intervención humana.

Mercado Mae Klong

A unos 70 kms de Bangkok se encuentra este viejo mercado sobre las vías del tren. El mercado Mae Klong es más antiguo que la invención del ferrocarril. Cuando se proyectó esta línea, los vendedores decidieron mantener su ubicación original a pesar de las continuas molestias del paso del tren. Más allá del espectáculo de la recogida de toldos y puestos, resulta curioso observar el día a día a cada lado de las vías. Caminar en un espacio tan estrecho, con multitud de cosas que llaman la atención, requiere de cierta habilidad para no tropezarse. Una experiencia que no olvidaremos en este país encantador, llega a impresionar sentir el tren tan cerca. Os dejamos el vídeo que grabamos. 

Mercado Flotante de Damnoen Saduak

Tradicionalmente, en el pasado, los mercados flotantes eran muy populares en Tailandia ya que los ríos y canales eran la forma más eficiente para trasladarse de un lugar a otro. Tradiciones antiguas que aún siguen muy vivas en este mercado un poco alejado de Bangkok, con menos actividad que tiempo atrás pero con mucho interés para recorrer sus canales, cosa que hicimos viendo algún que otro varano en sus aguas.

Transportes

En Bangkok nos movimos de diferentes formas: Tuk tuk, Grab, metro. No logramos subir a un autobús urbano un día de intensa lluvia porque iban abarrotados y el tráfico impedía la frecuencia habitual. Tampoco nos movimos en taxi. La verdad es que la app de Grab nos resultó muy útil en la parte continental, funciona como Uber y te permite pagar con tarjeta. No así en Koh Samui donde solo conseguimos utilizarlo un día. Con Grab también puedes alquilar una moto, sobre todo en ciudades grandes.

Mapa Metro - Bangkok
Mapa Metro – Bangkok
Gastronomía

Otro de los grandes atractivos de Tailandia. Encontraréis platos para todos los gustos. El miedo al picante no puede frenar a nadie porque están habituados al turismo y hace años que preguntan el nivel de picante que quieres. Si tuviéramos que describir la base de sus platos, probablemente sería arroz, fideos, leche de coco, curry, brotes de bambú, lemongrass, sésamo, tamarindo, la salsa de soja, pandanus, cilantro. En algunos sitios nos sorprendió que nos sirvieran el pescado con ajos fritos. Pollo, gambas, cerdo, ternera. La variedad es inmensa y cada plato es una mezcla de varios de los ingredientes, suelen servirlos con salsa y consiguen equilibrar cinco sabores: dulce, picante, agrio, amargo y salado. Realmente es un arte porque no sabrías describir cuál de ellos predomina más en un plato. Y, entre ellos, la estrella de su gastronomía es el Pad Thai.

Dinero

Aunque habíamos leído que puedes pagar con tarjeta en casi todas partes, nos encontramos con muchos carteles de ‘only cash’. Tuvimos que sacar dinero tirando de cajero, asumiendo las comisiones que llevan asociadas. Os recomendamos llevar suficiente dinero en efectivo para cambiarlo en las casas de cambio, las que mejor tipo ofrecen son las Superrich. Hay una oficina en el aeropuerto Suvarnabhumi, al lado de la entrada a la línea de metro Airport Rail Link que va al centro.

Excursiones

La excursión a los mercados y a las ruinas de Ayutthaya la contratamos con Mundo Nómada Travel, una agencia de viajes fundada por un español, que cuenta con guías en español para excursiones por Tailandia, Camboya y Vietnam, que recomendamos totalmente. A la vuelta nos dejaron en el aeropuerto doméstico de Bangkok (Don Mueang) donde cogeríamos el vuelo a nuestro próximo destino: Chiang Rai.

Comparte esto:

12 comentarios

  1. Increíble ciudad, llevo mucho tiempo planeando un viaje a Thailandia, pero todavía no se ha dado.
    Muchas gracias por compartir estos lugares.

    1. Sigue siendo un destino turístico paradisíaco. Además es muy fácil moverte por tu cuenta. Animaros que seguro os gustará.
      Gracias por comentar.

  2. Está claro que estos viajeros disfrutaron con el viaje y que se introdujeron en la vida de Tailandia sin dejarse influenciar por las agencias de viaje: sin duda es una forma de viajar más interesante. Enhorabuena!.

    1. Ciertamente lo disfrutamos además de que es muy buena opción para una primera incursión en Asia porque llevan años con turismo y te ponen fáciles las cosas. Y lo mejor la sonrisa de la gente. Es otra cultura y se nota. A veces parece que has hecho un viaje en el tiempo a los 80.
      Muchas gracias por comentar!

  3. Excelente trabajo, gracias por compartir toda esa información. Es un viaje pendiente desde hace mucho y con este artículo lo hemos vuelto a poner en la parrilla de salida.

    Un saludo,

    1. Es un país donde es muy fácil organizarte y moverte por tu cuenta. No dejes de leer las próximas entradas del resto de nuestro recorrido por Tailandia. Muchas gracias por comentar.

    1. Gracias a ti por comentar. Es la primera parte de un gran viaje por Tailandia. No dejes de leer las próximas entradas.

    1. No lo dudes! Merece la pena planear unas vacaciones para descubrir ese rinconcito de Asia. Gracias por comentar!

  4. me encanta leerlos saber sus experiencias sera mi primera vez en ASIA Y TENGO MUCHA EMOCION Y NERVIOS , MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR SUS TIPS

    1. Gracias por tus palabras. Entendemos que estés emocionada, no es para menos, y no te preocupes, es un país fácil para el turista y los tailandeses son super amables y estarán encantados de ayudarte. Buen viaje y disfruta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.