Viaje cerca, viaje lejos

Evidentemente, no es lo mismo una escapada de fin de semana o en un puente que un viaje de vacaciones de un par de semanas.

Habitualmente me he encontrado con la opinión generalizada de que es mejor conocer primero tu país y luego el resto, empezando además por lo más cercano. Por supuesto en esto influye también los medios económicos de cada uno además del conocimiento de idiomas e incluso el miedo a salir de la zona de confort, tema que abarcaré más adelante y, claro está, si uno tiene hijos o no condiciona nuestra manera de viajar y nuestro destino.

No estando en una situación que te ate, mi opinión no está totalmente de acuerdo con visitar primero nuestro país y luego el resto. Sí que es verdad que hay que conocerse y conocer el país en el que vivimos pero también es verdad que, conforme nos vamos haciendo mayores, más perezosos nos volvemos para realizar un viaje largo que implique muchas horas de avión y muchas noches durmiendo en una cama que no es la nuestra.

Mi opinión es emplear los fines de semana, puentes y semanas sueltas en movernos por nuestro entorno y, a partir de dos semanas de permiso, ampliar nuestros horizontes y realizar un viaje al extranjero. Según lo lejos que esté y lo grande que sea condicionará también nuestra elección.

Yo empecé viajando con mi familia, primero por España en viajes cortos y, cuando al fin decidimos salir, lo lógico fue Europa. Estaba lo suficientemente cerca como para ir en coche y, como la forma de vida es muy similar a la nuestra, no suponía un gran esfuerzo buscar alojamiento, comer o visitar monumentos.

Ya de adulta y teniendo mi propio trabajo y salario, aparte de ahorrar pensando en el futuro, mi mayor ilusión es apartar dinero cada mes pensando en el viaje de cada año. Soñar con un nuevo destino, informarme sobre ese país, documentarse también en televisión viendo programas de personas que lo han visitado o viven allí. Reconozco que es como una droga, me parece el dinero mejor invertido del año porque lo invierto en mí. Vuelvo nueva de cada viaje, lo disfruto y lo exprimo. Pensar en ello me hace saborearlo antes, durante y después. Claro que las fotografías ayudan a ello también. Me gusta hacer mis álbumes digitales y escribo al lado de las fotos la información del sitio, incluso el nombre del alojamiento o del restaurante si me ha gustado, por si lo necesito si repito destino, o lo tengo que aconsejar a alguien que vaya a ir.

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