¿Lo dejarías todo?

Cada uno tenemos unas ataduras más o menos fuertes. Unas se pueden dejar y otras no puedes soltarlas tan fácilmente.

Mi marido y yo fantaseamos mucho acerca de dejarlo todo e ir a vivir a otro país. Nos atrae mucho salir de la rutina y sumergirnos en otra cultura durante más tiempo que lo que son unas vacaciones.

Nos encantaría poder ser itinerantes una temporada y conocer un  montón de sitios a nuestro ritmo, sin las prisas de tener dos o tres semanas y ver tan sólo lo más importante de un país más o menos rápido. Ahora mismo no podemos hacerlo de otra forma, pero siempre nos pasa que nos vamos de cada lugar queriendo estar una o dos noches más. Es la sensación de ver las cosas pero no disponer del tiempo necesario para disfrutarlas.

Además de viajar y conocer otros lugares, lo que en el fondo nos gustaría es poder vivir en otro país al menos un tiempo. Vivir otra cultura, otras costumbres, otra gastronomía, y de verdad, desde dentro. El país que nos atrapó e instaló estos pensamientos en nuestras almas fue Vietnam. Nos sentimos muy bien allí a todos los niveles, y regresamos a casa con la idea de por qué no marcharnos allá a vivir. Y lo bueno es que nos pasó a los dos.

Una vez de vuelta, aparte de pensar de qué viviríamos, tomamos conciencia de los impedimentos. A mí personalmente me afecta estar demasiado alejada de mis padres. Si pasara algo, estaría muy lejos para venir rápidamente. No es  lo mismo coger el coche y llegar en un par de horas que tener que comprar un billete de avión, volar más de diez horas, y aún tener que coger un tren o un coche.

A nivel material está el tema de las hipotecas. Tuvimos la mala suerte (como mucha más gente) de tener que comprar la vivienda habitual cuando más caro estaba el mercado, y ahora es imposible recuperar la inversión vendiendo. Este es el mayor escollo porque los salarios allá son menores y sería complicado hacer frente a los pagos de aquí además de los de vivir allí.

Pero, si tuviésemos solucionado este tema, la respuesta sería SÍ. Cierto es que, al no tener hijos, somos más libres para tomar la decisión. Nos iríamos al menos unos años. La vida se va pasando y hay una edad para todo. La adaptabilidad es más sencilla cuando eres más joven. Y, llegar a mayor pensando «no lo intenté», no es algo que me atraiga, no va con mi manera de ser.

Así que andamos a cuestas con nuestro sueño, jugando a la lotería de vez en cuando por si la suerte llamase a nuestra puerta, y haciendo números por si llega el día en que se pueda realizar. ¿Será nuestro «cuento de la lechera»?

Nos empapamos de programas de viajes por el mundo y de personas que emprendieron la marcha a otros lugares, aunque somos conscientes de que sólo muestran los que les ha ido bien. Seguramente no tendrían la misma audiencia si mostrasen a los que han fracasado, pero yo preferiría ver las dos caras de la moneda.

Me encantaría conocer a alguien en nuestra situación y que se decidió; que me contara su experiencia, si se atrevió a irse y cómo y por dónde empezó.

Civitatis

Lanzarse a la piscina dejándolo todo cuando se tienen deudas me parece una locura.

A lo mejor hay quien piensa que hay que confiar más en uno mismo y en su capacidad de salir adelante con optimismo. Quizás soy demasiado realista, incluso pesimista.

He leído mucho acerca de salir de tu zona de confort. Nosotros estamos deseando hacerlo. Pero con cabeza.

 

Comparte esto:

  1. Hola! Gracias por compartir tu situación. A decir verdad, estoy lejos de compartir una situación como la de ustedes. Tengo recien 21 años y estoy cursando estudios universitarios, por lo que, dinero no poseo. Siempre he querido tener la experiencia de ir a vivir a otro país, conocer su cultura, a su gente y de paso conocerme a mi mismo.
    Me quedo con una cita que leí en un libro: «No hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quien eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección».
    Creo que esto dice mi opinión, deberían intentarlo, quizás pareciera dificil, pero quien no arriesga no gana. Y si por cosas del destino les va mal, tendrán la compañía del otro para afrontarlo y al menos no quedarán con el sentimiento de no haberlo intentado.
    Saludos!

    1. Nos encanta tu reflexión Nicolás y es difícil dejarlo todo a cualquier edad porque cada una tiene lo suyo. El tema es irte teniendo que hacer frente a una hipoteca. Los números no salen. Pero seguimos buscando soluciones para poder cumplir nuestro sueño. Y desde luego nuestras vacaciones van siempre en esa dirección. Saludos!

Deja un comentario