Oporto en 2 días

Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal, es conocida como la ciudad de los puentes y la capital del Norte. Antes de que el río Duero pierda su cauce, emerge esta bella ciudad, un lugar muy especial y que a nadie deja indiferente, quizás sea por ese aire decadente y bohemio que la invade o la vida que se respira en ella. Un antiguo refrán portugués dice que Lisboa se divierte, Coimbra estudia, Braga reza y Oporto trabaja. La rivalidad con Lisboa siempre ha sido palpable y la acusaban de tener ciertos aires británicos en su aspecto y carácter desde que se asentaron en ella comerciantes de vinos ingleses.

Transporte

En este ‘recordado’ 2020, dedicamos casi dos días para visitar la ciudad, y nos hubiera gustado dedicarle más tiempo. Oporto dispone de metro, tranvía y autobús pero la mejor manera de recorrerla es andando, para disfrutar al máximo de sus estrechas callecitas cargadas de historia y nostalgia. También usamos eventualmente Uber cuando nuestros pies empezaron a resentirse.

Alojamiento

Los barrios más recomendados para alojarse son Cedofeita, Ribeira, Sé Catedral o Boavista. Nosotros elegimos por proximidad, tranquilidad y precio un apartotel en Cedofeita, el barrio de las artes. Tiene un ambiente bohemio, con infinidad de galerías y cafés curiosos. Para dejar el coche aparcado durante nuestra estancia, el propio hotel nos recomendó un parking cercano. Son aparcamientos ‘piratas’, muy económicos (6€ al día) y fiables eso sí, naves enormes en medio del barrio dedicadas a veces a talleres clandestinos y guardacoches.

Tour gratis

Casi siempre que visitamos una gran ciudad buscamos la posibilidad de realizar algún ‘tour gratuito’, y en esta ocasión os lo recomendamos encarecidamente. Nosotros lo reservamos con Civitatis y fue todo un acierto. Una estudiante que vive en Oporto, apasionada de la historia, nos dio todo tipo de datos y curiosidades sobre esta bellísima ciudad. Al final de la visita ‘debes’ gratificar al guía con alguna propina, y digo ‘debes’ porque a veces hay personas que desaparecen antes de terminar la visita y a la propia guía puede que no le compense hacer la ruta después de tener que pagar a la promotora del tour.

Los imprescindibles

Ponte Don Luis I. En la ciudad de los puentes, hay uno que destaca por su espectacularidad. Fue construido en 1886 por un discípulo de Gustave Eiffel y une el casco viejo con Vila Nova de Gaia. En sus dos pisos se obtienen vistas inmejorables de la ciudad a ambos lados del Duero. Os recomendamos descubrir este puente desde el funicular dos Guindais, bajando desde Batalha a Ribeira, tendréis una perspectiva única de este instagrameable puente.

Avenida dos Aliados. Esta larga avenida, rodeada de edificios que compiten en exuberancia, es el corazón y el centro financiero de Oporto. La arquitectura recuerda mucho a la plaza de la Concordia y los Campos Elíseos de París. La plaza está gobernada por el soberbio Ayuntamiento. No os perdáis uno de los Mc’Donalds más bonitos del mundo, el café Guarany o las famosas letras azules de Porto.

Torre dos Clérigos. Uno de los símbolos de la ciudad, en tiempos jugó el papel de faro para embarcaciones y vigila el acceso al casco viejo. Su campanario de 75 metros altura es el punto más alto de la ciudad, suelen formarse colas para acceder a las mejores vistas de la ciudad. Puedes comprar las entradas aquí. También es interesante descubrir en el interior de este templo barroco su altar de mármol.

Librería Lello. Posiblemente sea la librería más bonita del mundo. Esta librería del siglo XIX, de estilo neogótico, se hizo famosa por ser la inspiración de J.K. Rowling (Harry Potter) cuando trabajaba como profesora de inglés en la Universidad de Oporto. En su interior, de estilo art noveau, una imponente escalera roja fue el germen de la que aparece en el colegio Hogwarts de sus libros. Como os podéis imaginar, es un reclamo para los fans de la saga del mago y la salvación para un establecimiento que estaba en quiebra; las colas para entrar son kilométricas. La entrada cuesta 5€ y sirve de descuento si se adquiere un libro. Nosotros no entramos debido al tiempo de espera en la cola, aunque prometimos volver en alguna futura visita.

Iglesia do Carmo (del Carmen). El edificio es en realidad dos iglesias adosadas, la do Carmo (s. XVIII) y la de los Carmelitas. En la pared exterior puede verse un gigantesco mural de azulejos, típicos de Portugal. Aunque la impresión es de dos iglesias fundidas en una sola, si nos fijamos bien veremos que hay una casita muy estrecha en medio, de 1 metro de ancho, que estuvo habitada hasta la década de los 80.

Estación de tren de São Bento. Una de las más bonitas que hemos visto por el mundo. Se proyectó a mediados del siglo XIX sobre el terreno que ocupaba un convento de monjas benedictinas del XVI y que seguía ocupado. El Gobierno llegó a un acuerdo con la Iglesia: la construcción no comenzaría hasta que muriese la última de sus inquilinas. El problema es que la última y férrea monja vivió hasta los 92 años. Fue inaugurado en 1.916 y los 20.000 azulejos que destacan en las paredes del vestíbulo cuentan escenas memorables de la historia de Portugal, como la firma del tratado de Zamora con el reino de León (1143) y que dio origen al reino portugués.

Civitatis

Sé do Porto (Catedral). En el barrio de Batalha se levanta la catedral de Oporto, que comenzó a construirse en la primera mitad del siglo XII. Domina el casco antiguo de la ciudad y es el punto de partida para el Camino de Santiago Portugués. Delante de la catedral os encontraréis una curiosa columna de nombre algo siniestro: el ‘pelourinho’ se utilizaba para colgar criminales y dejarlos expuestos a los ojos de la plebe, pero aunque fue instalado a mediados del siglo XX como (dudoso) elemento decorativo y jamás vio cadáver alguno. Desde la plaza se puede disfrutar de unas magníficas vistas sobre los tejados de las casas de Porto, la Torre dos Clérigos, el Duero y Vila Nova de Gaia.

Mercado do Bolhao. Es uno de los lugares más visitados de Oporto. Lamentablemente este mercado tradicional centenario lleva en obras desde 2018 y no pudimos visitarlo. En su lugar podéis recorrer la comercial Rua de Santa Catarina, peatonal y repleta de tiendas, pastelerías y cafeterías, como el Majestic, un café histórico donde se han encontrado grandes figuras nacionales de las artes y las letras.

Cais de Ribeira. A orillas del río Duero discurre este barrio medieval, de callejones estrechos, con rincones asimétricos, arcos románicos, antiguas casitas de colores, el desorden organizado de una ciudad que nació pegada a muros. Uno de los lugares más encantadores de Oporto, aunque también plagado de restaurantes, bares y tascas orientados a turistas. Os recomendamos subir al ascensor de Lada Ribeira para tener una vista de 180º.

Jardines del Palacio de Cristal. Es un parque en la parte más alta de la ciudad inspirado en el Crystal Palace de Londres, con una hermosa vista de Oporto, con el Puente Arrábida y la desembocadura del río Duero al oeste. Lo mejor es perderse entre la magia, el romanticismo y los tesoros que guarda este parque, descubrir sus senderos, sus esculturas, sus flores de colores, etc. Nosotros nos encontramos con unos cuantos pavos reales en época de celo, con una hipnótica danza de seducción del macho a la hembra.

Existen muchos más lugares para conocer esta ciudad, como la Rua das Flores, pasear entre sus fachadas de colores, saborear un café o un rico pastéis de nata. Tampoco dejéis de visitar la otra orilla del Duero, Vila Nova de Gaia, una zona con mucho ambiente, donde callejear, fotografiar la Ribeira desde otro punto de vista, dejarse llevar y tomarse algo en los innumerables bares y restaurantes de la zona. Y si tenéis tiempo hay algunas de las mejores bodegas de la zona, Taylor’s, Grahams, Ramos Pinto, Ferreira o Kopke. También os animamos a contratar el tour que recorre el Duero, crucero de los seis puentes, una experiencia muy agradable.

Ruta gastronómica

Hemos creado un mapa con los sitios que nos han ido recomendando locales y amigos.

Uno de los platos típicos de Oporto es la francesinha. Es un enorme bocadillo servido en un plato y comido con cubiertos, ya que lleva un montón de embutidos, carnes asadas, se cubre con queso fundido y una salsa específica y picante, también llena de ingredientes. Nosotros preferimos degustar otros platos como bacalhau, sardinhas, etc. Y el lugar ideal es el barrio de Matosinhos, un poco apartado del casco histórico, a unos 20 minutos en coche, con una playa enorme para pasear y disfrutar de su gran oferta de restaurantes de pescado fresco.

Esperamos que os haya gustado la entrada y como siempre esperamos vuestros comentarios.

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