Japón: Monte Fuji y los cinco lagos

Japón es un país lleno de maravillas naturales, pero pocas son tan icónicas como el Monte Fuji (Fuji-san). Con su perfecta simetría y presencia imponente, este volcán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una parada obligatoria para sumergirse en la belleza y cultura japonesa. En esta entrada te contamos nuestra excursión al Monte Fuji y la ruta de los cinco lagos (Fujigoko), en la que invertimos un día entero.

Con 3,776 metros de altura, el volcán Fuji es el pico más alto de Japón y un símbolo espiritual del país. Hasta hace 150 años, se consideraba tan sagrado que solo lo ascendían monjes y peregrinos (a las mujeres no se les permitió subir hasta 1868). Para los intrépidos que quieran escalar a la cima, tened en cuenta que solo se puede ascender en julio, agosto y la primera mitad de septiembre. Además desde mayo de 2024 el gobierno Japonés ha tomado medidas para limitar el acceso al parque, entre ellas el pago de una tasa de 2000 ¥ por persona, la reserva de plaza obligatoria y la limitación a 4000 personas al día. Nuestra ruta no contemplaba el ascenso al Monte Fuji, pero las vistas panorámicas alrededor de los cinco lagos fueron una experiencia inolvidable.

Esta excursión la contratamos con Turismo Victoria una empresa de turismo local que organiza tours con grupos reducidos y de la que salimos bastante satisfechos.

Nuestro punto de recogida fue a las 8:30 en la salida Sur de la estación de Shin Fuji, por lo que nos levantamos a las 6 de la mañana para llegar desde nuestro alojamiento en Asakusa, primero en metro hasta la estación de Ueno, luego un JR hasta la estación de Tokio y finalmente el Shinkansen hasta la estación de Shin-Fuji. Allí nos esperaban nuestro guía Alexis y una pareja de canarios, no de los que cantan sino de Canarias (España).

La primera parada fueron estas espectaculares cascadas con una altura de 20 metros y una anchura de 150, lo que la convierte en la catarata más ancha de Japón. Su nombre, Shiraito, proviene de la multitud de delgados hilos de agua cayendo como si fuera seda, creando una delicada y bella postal. El agua que se desliza por el desfiladero es fruto del deshielo del monte Fuji.

Nos detuvimos en el lago Motosu, famoso por que es el que aparece en los billetes de 1000 ¥, para contemplar sus aguas cristalinas. Aunque no nos paramos en todos y cada uno de los lagos, si que pudimos disfrutar de unas vistas panorámicas desde la carretera. Otro de los lagos impresionantes en el recorrido es el de Kawaguchi, con opciones interesantes de paseos en barco, baños onsen y cafés con vistas al Fuji.

El mirador de Fujikawaguchiko. La presión turística que soporta Japón está provocando medidas drásticas, como en esta pequeña localidad donde hordas de turistas se acercaban para conseguir la mejor foto de la montaña, entorpeciendo el tráfico y olvidando su basura en las calles. El lugar en cuestión es este Lawson, tienda de conveniencia, donde han colocado una barrera en el techo del edificio que impide la icónica imagen con el Fuji al fondo.

Un pueblo que quedó arrasado en los años 60 por un tifón, con terribles deslizamientos de tierras donde murieron varias personas. Los habitantes que sobrevivieron decidieron reconstruir sus casas en reconocimiento a las víctimas. Ahora ejerce de museo y de reclamo turístico, pues casi nadie vive allí. Hay multitud de vistosas tiendas donde venden artesanía y pinturas.

En este lugar nos hicieron una peculiar entrevista para la televisión de Asahi TV. Querían saber cuales eran nuestras impresiones sobre lo que habíamos visto hasta ahora en la excursión por los cinco lagos. Cada pregunta que nos hacía la entrevistadora, la única que hablaba inglés, era traducida para el cámara que parecía llevar la batuta en el grupo. Ilusionados, contestamos sinceramente pero cada respuesta era cuestionada y nos sugerían amablemente contestar de otro modo acorde a lo que querían escuchar, siempre para ensalzar su patrimonio y alabar su cultura. Este tipo de comportamiento tiene que ver con los conceptos del honne y del tatemae la sociedad japonesa. El primero es decir abiertamente lo que piensas aunque ese sentimiento choque con lo políticamente correcto o lo esperado socialmente. La buena educación japonesa exige mantener oculto este pensamiento (honne) y sólo expresarlo en los círculos más cercanos, como la familia y amigos. Por otro lado, el tatemae es una mentira piadosa, expresando lo que el receptor quiere o espera oír. En nuestro caso de la entrevista, no querían escuchar nada que no fueran halagos hacia su gran y excepcional país. Al final no fue una grata experiencia, se tornó incómoda, más si cabe por el sol abrasador y que nos pidieron quitarnos las gafas de sol.

Momento para refrescarse en el interior de esta cueva que desciende hasta los 21 metros y que mantiene una temperatura media de 3º Celsius, de ahí que esté cubierta de hielo durante todo el año. La cueva de hielo tiene su origen tras la violenta erupción, en el año 864, del monte Nagao, que formaba parte del flanco noroeste del monte Fuji. Esta enorme cavidad subterránea es un tubo de lava volcánica. Los pilares de hielo que se forman aquí se hacen más grandes en invierno, y a veces las estalactitas y estalagmitas llegan a unirse. Antiguamente sirvió como almacén de semillas y capullos de gusanos de seda.

Hacemos un alto en el camino para comer en un restaurante tradicional, una rica sopa udón y ebi furai (gambas rebozadas).

Este mar de árboles, frondosos y exuberantes, de 35 km² creció sobre la lava arrojada por el monte Fuji durante su última gran erupción, hace 1200 años. El poroso lecho de roca de lava absorbe el sonido y refuerza la sensación de aislamiento que se siente al caminar por sus solitarios senderos.

Civitatis

«Pensemos una vez más en la vida que te fue dada, tus padres, tus hermanos y hermanas, y los niños. No sufras solo, antes, contacta a alguien«, reza un aviso en una de las entradas del bosque. Y es que a este parque también se le conoce como el “bosque de los suicidios”. Japón, desgraciadamente, mantiene una alta tasa de suicidios de año en año y uno de los lugares favoritos para morir es este espeso bosque. Algunos se inspiran en la literatura, como el cuento Kuroi Jukai («El negro mar de árboles» de 1960) de Seicho Matsumoto, donde una pareja de enamorados acaba quitándose la vida allí. O en el «El manual completo del suicidio«, publicado en 1993, de Tsurumi Wataru donde refiere a Aokigahara como un lugar «perfecto para morir» y destaca el ahorcamiento como una «obra de arte». Otros creen que esta oscura tradición la promueve la antigua práctica del ubasute, una suerte de eutanasia, en la que los ancianos eran abandonados en las montañas, popular en épocas de sequía y hambruna.

Caminar por los serpenteantes senderos da que pensar, sintiendo momentos de cierta angustia de que si te sales del camino te puedas encontrar con algo no deseado.

La cueva del viento de Fugaku se usó como antiguo refrigerador natural, pues en su interior la temperatura promedio también es de unos 3º Celsius. Mide 201 metros de largo y 8,7 metros de alto. Es curioso que no produce eco debido a que las paredes basálticas absorben el sonido.

Llegamos al plato fuerte de la excursión. En el pueblo de Fujiyoshida subimos primero al santuario Arakura Fuji Sengen Jinja, uno de los muchos que rodean al volcán sagrado y en los que descansa el espíritu de la diosa de los cerezos Konohana Sakuya Hime. Seguimos subiendo los 398 escalones para llegar a la Pagoda Chureito de cinco pisos, que surge magnífica por encima de los árboles dominando el horizonte. Se construyó en 1963 como un monumento a la paz. Las vistas desde aquí son espectaculares, es imposible contener el deseo de sacar miles de fotos. Tras disfrutar un largo rato de este entorno tan fascinante, nos despedimos del Fuji y emprendemos la vuelta a nuestro hotel después de este día agotador.

También es posible realizar este recorrido a tu aire alquilando un coche, por ejemplo en Tokio, teniendo la libertad de pararte donde quieras. Podéis usar el siguiente enlace de nuestra plataforma de alquiler de coches de confianza, DiscoverCars, para encontrar el mejor precio para tu contrato. Recordar que para conducir en Japón es necesario llevar el permiso internacional de conducción en vigor.

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6 comentarios

  1. Estupendo el comentario! El monte Fuji es una excursión obligada para los viajeros a Japón, aparte de la belleza de las vistas, lo de subir más de 300 escalones para llegar a una pagoda da idea de lo que supone el interés y el amor del viajero por conocer todos los rincones del país que visitan. Enhorabuena como siempre, y gracias por vuestro comentario!

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